Pierde el miedo a dejar las cosas a la mitad: no tienes que terminar lo que empiezas, tienes que divertirte haciéndolo.

Como emprendedores, nos venden la idea de que todo lo que empezamos tiene que llegar a buen puerto, que cada proyecto que nos pasa por la mente debe ser culminado para considerarlo exitoso. Pero ¿qué pasa si lo que realmente importa no es terminar, sino disfrutar el proceso?

De pequeños, nos enseñaron a terminar lo que empezamos. Pero ahora, en el mundo del emprendimiento, he aprendido algo diferente: la vida y los negocios no funcionan siempre bajo la misma lógica. A veces, lo mejor que puedes hacer es dejar algo a la mitad. No porque fallaste, sino porque descubriste que hay algo más emocionante, algo más retador o simplemente porque lo que comenzaste ya no te inspira.

¿Por qué seguir forzando algo que ya no te llena? Si el camino se vuelve pesado, quizás lo que necesitas es soltarlo. Claro, algunos te dirán que estás renunciando, que deberías empujar hasta el final. Pero la verdad es que emprender se trata más de encontrar lo que realmente te apasiona. Si no estás disfrutando, ¿qué sentido tiene continuar?

Esto no quiere decir que todo sea un juego. Habrá días duros, frustraciones, momentos en los que no querrás seguir. Pero hay una diferencia entre luchar por algo que te apasiona y aferrarte a un proyecto simplemente porque crees que "debes" terminarlo.

No se castiguen si deciden cambiar de rumbo, si algo no sale como esperaban. Si lo que estás haciendo ya no te emociona, es hora de cambiar de página. Porque al final, el éxito no está en cuántos proyectos terminaste, sino en cuántos disfrutaste de verdad.

¿Te has sentido alguna vez atrapado en un proyecto que ya no te llena? ¿Cómo enfrentaste esa situación? Me encantaría leer sus historias y seguir este diálogo en los comentarios.