Hola, si no me conoces, mi nombre es Carlos Cornejo y me dedico a la creación de nombres de manera profesional en Secretname, el primer estudio de naming en LATAM.
Soy una persona a la que le gusta mucho documentar, investigar, analizar y, a partir de ahí, encontrar una manera más práctica de hacer las cosas. Así fue como creé el proceso más funcional para crear nombres. Pero también, después de tanto tiempo dándole seguimiento a esas marcas, descubriendo lo que les salió bien, lo que hicieron mal o lo que pudieron hacer mejor, puedo decirte que todas las que al final lograron consolidarse tienen algo en común: parten de una necesidad personal y no grupal.
Las grandes marcas realmente no se crean, sino que se descubren a partir de ver lo que sucede en la vida de una persona: lo que le gusta, lo que no y lo que quisiera cambiar.
Muchas veces nos enseñan a observar al mundo, darnos cuenta de lo que la gente quiere y necesita, y a partir de ahí crear un negocio que satisfaga esa necesidad. Esto, si bien nos puede llevar a algo que funcione a primera instancia, la realidad es que, viendo el negocio a largo plazo, esas ideas normalmente terminan por desaparecer.
Pero cuando estamos frente a una idea que parte de una introspección personal, de pensar: ¿Qué cosa me gustaría que existiera en el mundo? Es cuando realmente algo perdura, esto a pesar de que al principio las personas no lo entiendan o hasta lleguen a burlarse de nuestras ideas.
Pensemos en ejemplos muy claros: los autos hoy existen porque su creador quiso cambiar al mundo a pesar de que el mundo no quería cambiar. Apple hizo lo mismo con sus ideas. Si queremos irnos a marcas más recientes, Ben & Frank es un gran ejemplo de cómo una industria que buscaba verse cada vez más “clínica”, en donde llegas a las ópticas y se sentían como consultorios en donde los lentes eran la medicina para una enfermedad, Ben & Frank decidió volverlas una tienda de moda como Pull&Bear, en donde eliges el producto que más te gusta, incluso haciendo colaboraciones con artistas de todo tipo. Recuerdo cómo al principio se sentía una marca “fuera de lugar” y cómo tuvieron que saltar grandes retos como el de que comprarás algo que no podías probarte en una tienda. Hoy, fue tal su impacto en la industria que a partir de ellos se crearon muchas marcas con el mismo estilo.
A lo que quiero llegar con esto es que, si quieres que tu marca realmente impacte allá afuera, no busques lo que la gente quiere o lo que le puede gustar. Preocúpate por contar tu historia, una real, humana, con errores, aciertos, aventuras y aprendizajes. Aléjate de lo que ya se ha hecho y crea tu propio camino, sin importar que no se parezca a lo que otras marcas de la industria hacen.
Y, por supuesto, crea un nombre que responda a eso a lo que quieres ser y lo que deberías de ser según tu industria.
Eso es lo que hará que tu marca tenga muchas más posibilidades de éxito y de resaltar en un mar de opciones. Eso es lo que realmente la hará recordable y, sobre todo, una opción que la gente ame con el paso del tiempo.
Incluso te puedo decir que eso es lo que estoy viendo con marcas que tengo como Secretname, Amétodo y Cafistenia, pero ese será tema para una siguiente columna.
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